jueves, 29 de marzo de 2012

BARCELONA, CRONICA DE UN MARATON

Primeros kilometros
Un maratón es mucho más que una carrera. La distancia de Filipides es cuna de éxitos y fracasos a partes iguales. Son 42,195 kilómetros de abrazos y de lágrimas, de risas y de amargura. En la Ciudad Condal se dieron cita veteranos y primerizos, profesionales y populares, cada cual con una historia que escribir sobre el asfalto barcelonés hasta el punto final situado en la línea de llegada.

Todos durante el viaje de ida, falta Mª Carmen
Generosa con quien la sufre y despiadada con quien la ama, el que a cruzado la línea de meta alguna vez de un maraton sabe que lo que escribo es un sentimiento común, en este post haré una crónica de mi maratón, pues aunque la distancia es igual para todos, cada uno tiene una historia diferente en esta prueba.

Ultimos metros
Bueno, ya sí, ya es oficial, ya puedo decir que he completado cinco maratones consecutivas bajando de la mítica barrera de las tres horas, mi trabajo me ha costado, pues no se trata solamente de correr cinco maratones por debajo de los 180 minutos, sino, la preparación, pues al estar siempre al límite de esta marca hay que hacer un plan de entrenamiento bastante exigente.

Con Rosa Morató en la Feria del Corredor
            Y es que esta  última maratón en la ciudad condal me ha costado, a pesar de que hizo un día perfecto y el circuito era rápido, no tanto como Sevilla o Valencia, pero se puede calificar como rápido, pues tan solo había un desnivel de 69 metros y los kilómetros mas duros eran al principio y un poco al final, con algunos subes y bajas por medio del recorrido pero bastantes suaves.

Todo lo necesario, solo falta el corredor
            Ya sabia en el estado de forma en el cual llegaba, y era bastante justo para el objetivo de bajar de las 3 horas, pero había que intentarlo, y la estrategia inicial era de ser conservador e ir con el globo de las 3 horas hasta el kilómetro 32 ó 33 y si tuviese fuerzas aumentar el ritmo entonces.

Antes de la salida
            La mañana acompañaba, pues aunque la humedad se hacía notar la temperatura era ideal, pues la salida estaba prevista a las horas que con el cambio de hora de la noche anterior facilitaba una temperatura mas baja.

Multitudinaria salida Pedro Roman y yo en el circulo
            La salida fue en primera línea, con los acordes de la canción de las olimpiadas de esta ciudad en el 92, de Monserrat Caballe y Freddy Mercury, que la megafonía ponía a tope, en el cajón de la élite, y salí junto con Pedro Román, aunque él puso rápidamente pies en polvorosa y se fue con el globo de 45’ y yo me quedé con el de las a ritmo un poco rápido pero perfectamente integrado en el grupo, ya en el kilómetro 5, las liebres del globo decidieron reducir el ritmo pues marcaban un puñado de segundos mas rápido que el paso previsto, pero yo decidí continuar con ese ritmo de 4’10” km y conseguir colchón de minutos pues mis piernas las notaba que no iban tan ligeras como en otras ocasiones y decidí en ese momento cambiar la táctica de carrera y arriesgar un poco, pues el que no arriesga no gana.

Unos momentos duros (EL MURO)
            En el km 10 mantenía el ritmo y ya marchaba algo más de minuto y medio por delante del globo, la media maratón la pasé en 1h27’19”, por lo que ya eran dos minutos y pico por delante, y el km 25 llegué a llevar algo más de 3 minutos de margen para el objetivo marcado de las 3 horas, a partir de ahí empecé a sufrir, pero aguantaba el ritmo lo mejor que podía gracias a los ánimos de Ángela que se encontraba transmitiéndome fuerzas por ese tramo superé el bache, bache que llegaría de nuevo alrededor del temible muro del km 35, por entonces los ánimos del público durante prácticamente todo el recorrido pero sobretodo por ese tramo me darían alas para llegar al km 40, a pesar de los pensamientos que pasan por la cabeza, “hay que resistir me decía”, y a partir de ahí, en la Avenida del Paralelo, todo fue más fácil, pues solo quedaban 2 kilómetros y 195 metros, y ya en la recta tuve fuerzas para aumentar el ritmo, que no sprintar, para conseguir que el crono no superase las 58’, consiguiendo una marca final de mí tiempo real en 57’ 57”, con un ritmo final de 4’12” por kilómetro.

Objetivo cumplido
            El final en la Plaza de España fue espectacular, con las fuentes funcionando, la gente animando y el marco impresionante de el Palacio de Montjuic al fondo.

Bonito paisaje
            Pedro Román estaría allí esperándome, y con la satisfacción de haber cumplido con creces el objetivo estuvimos esperando a Pedro, mi cuñado, que no llegaba pues los problemas físicos le impidieron superar su marca.

Con nuestra medalla y camiseta conmemorativa, todos satisfechos
            Ángel, mi hermana Ángeles y Tere también cumplirían el objetivo inicial de terminar la distancia de los 42 y pico con sensaciones diferentes pero al final todos satisfechos de vencer todos los obstáculos de la prueba reina del atletismo.

Haciendo turismo durante el recorrido
            El balance general de este maratón es muy satisfactorio para mí, pues cumplí mi objetivo sobradamente, no tuve problemas musculares ni me lesioné, el día acompañó al igual que el viaje, que a pesar de la distancia que nos separa de Barcelona, no se hizo tan pesado como pensaba, la organización estuvo bastante bien y todo lo demás fue casi perfecto, ahora toca recuperarse y pensar en el próximo objetivo que aún no me he marcado.
MARATONIANO "El sufrimiento es efímero, la gloria eterna"

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