Irina encara el aro, lleva tan sólo dos meses practicando baloncesto, y para tener nueve años y no jugar todos los días ha progresado muchísimo. Las rivales se colocan a ambos lados de la bombilla a la espera de un rebote que intuyen como seguro.
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Me ha gustado el post, viene a reflejar lo que nos sucede con cierta facilidad, elevamos pequeños detalles a la categoría de drama, sin ser capaces de valorar todo lo bueno que hemos hecho para poder estar en esa "linea de salida", aunque la edad en este apartado ayuda, ¡para algo debía de servir!, colocando en su verdadero contexto lo que intentas hacer, valorando en sus justos termino lo ya hecho, por eso es muy importante, disfrutar entrenando, en mi caso es el principal objetivo, lo demás, lo doy por bienvenido.
ResponderEliminarSaludos, Emilio Díaz.
La verdad es que sí Emilio, estoy totalmente de acuerdo.
EliminarSaludos y no te apretes mucho este verano!!
Me alegra q os guste, Irina ha mejorado mucho en el basket y en la vida, y todo ha sido, cuestión de confianza.
ResponderEliminarSin duda es una bonita entrada, Irina es un ejemplo de tener confianza en si misma, donde muchos jovenes y no tan jovenes se pueden mirar, (o nos podemos mirar) pues la confianza en nosotros mismos es una parte muy importante, no solo para el deporte, sino para la vida misma
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