Lo primero es desearos a todos los lectores de este blog,
una feliz salida de año y un feliz año 2.017, llego de todo lo que más os
satisfaga, pero en especial de salud, pues a mi entender es lo más preciado por
el ser humano, siempre para vosotros y los que os rodean.
Pero hoy también toca hacer resumen anual, sí, como viene
siendo costumbre desde que tengo el blog, todos los años al final del mes de diciembre
suelo cerrar las entradas del año en este blog con un resumen atlético personal
del año en curso, y aunque este año no ha sido un año para enmarcar, ha tenido
también cosas para contar y aunque el deseo como siempre sea que el año
venidero sea mejor, no puedo dejar de contar algunos momentos excepcionales de
este año 2.016.
El año 2.015 finalizó como es tradición con la participación
en la San Silvestre de Membrilla, donde en una carrera controlada para ser el primer
veterano A local, me vería superado en la mismísima línea de meta al dejar
llevar los metros finales, sin duda esto era algo premonitorio de lo que
vendría después, si bien obtuve por primera vez podio en la clasificación
general de veteranos.
El próximo objetivo fue en el mes de enero, la media maratón
de Santa Pola, que a su vez era campeonato de España absoluto y veterano, en la
cual participe con mis primeros problemas en el isquio, que sería lo que me
marcase durante todo el año, una media sufrida, previa al siguiente objetivo.
La siguiente cita en ponerme un dorsal sería ya en febrero,
en la maratón de Sevilla, la cual corría por tercera ocasión, la cual también
fue campeonato de España absoluto y veterano y donde disfrute acompañado de mi
gran amigo Manuel Jimenez, y a pesar de que las molestias en el isquio no me
dejaron completar bien los entrenamientos finales, conseguimos bajar, una vez
más de las 3 horas.
A primeros de marzo y el día de mi 45 cumpleaños, debutaba
en la categoría M45 acompañando a mi mujer en la carrera urbana de Ciudad Real,
lo que con el descanso previo me daba vidilla y me recuperaba algo del isquio y
parecía que el dolor iba a menos.
A mediados de marzo volvería a participar en un campeonato
de España de veteranos, esta vez en pista cubierta, de nuevo pasando un buen
fin de semana con mi amigo Manuel, donde representamos al club, en la prueba de
3.000 metros, donde por primera vez se exigió mínima de participación, Manuel también
lo haría en los 1.500.
Ya en el mes de abril y con las miras puestas en el maratón
de Madrid, disputamos la media maratón de Bolaños, donde conseguí subir al
según cajón del podido en la categoría de veteranos C, rememorando así la
primera vez que subí al podio en una carrera perteneciente al circuito.
Tras la carrera de “El Povenir”, que me tomé con
tranquilidad, disputaría el maratón de
Madrid, sin un objetivo claro, solamente el de disfrutar, pues la lesión que
iba arrastrando no me permitió hacer unos buenos entrenos, lo que no sabía es
que iba a sufrir los kilómetros finales, y eso que el ritmo para un tiempo de 3
horas y 7 minutos no fue exigente, así pues tocaba parar y recuperarme de la primera
parte exigente del año.
Tras un mes de parón llegó la primera carrera contra la
Fibrosis Quística, en Membrilla, mi pueblo, y donde no tuve más remedio que
correr aunque fuese en plena recuperación, una semana después también acompañaría
a Ángela en Argamasilla de Alba, para desde ahí despedirme y e intentar recuperarme
totalmente de mis dolencias, que poco a poco fueron creciendo.
A finales de agosto y tras un verano, muy, muy tranquilo y
con pocos kilómetros, y con la creencia que la recuperación total llegaría, tras
las varias sesiones de fisioterapia y ejercicios, comencé entrenando y en la
primera semana del plan de entrenamiento para el siguiente objetivo, que no era
otro que el maratón de Valencia al cual me inscribí en el mes de julio,
participé en la carrera de las antorchas, en Villanueva de los Infantes, donde
he participado en varias ocasiones, y esta vez era perteneciente al circuito, y
la verdad que para estar tanto tiempo sin hacer entrenos largos y mucho menos
de calidad, me encontré bastante bien.
La siguiente semana vendría la Media Maratón Ciudad Real –
Torralba de Calatrava, la cual me vendría bien para hacer el primer rodaje
largo, a ritmo controlado, y así fue, donde también me encontré bastante bien y
finalice con buenas sensaciones.
Nada más lejos de la realidad, la siguiente semana en un
entrenamiento de fuerza, haciendo unas cuestas, la rodilla dijo basta, y como
consecuencia de la disfunción en mi cadera e isquio, la rodilla también se
quejó, pero está ya no me dejaba correr, por lo que de nuevo empezamos con
sesiones de fisioterapia, y con ejercicios con un rehabilitador, un preparador físico,
e incluso un tratamiento innovador con un traumatólogo, hasta primeros de
diciembre que comencé de nuevo a rodar, muy poco a poco, pero por sorpresa mía e
incluso del mismo traumatólogo, la rodilla contraria sufrió una distensión el
ligamento interno el cual me ha obligado de nuevo a parar y con reposo y
siguiendo algunos consejos de fisioterapia y rehabilitador esperar que todo
esto se solucione y pueda de nuevo correr, aunque la verdad cada vez tengo la
moral más minada.
No sé si podré correr la San Silvestre de Membrilla, a la cual ya estoy inscrito, pues es algo
que me hace mucha ilusión, pero lo que más me preocupa es la recuperación total
la cual espero llegue pronto en este 2.017 que entra, y despedir este año 2.016
con más pena que gloria.
El resumen anual en pruebas, aunque prácticamente todas han
sido en la primera parte del año, destacando la participación en 3 campeonatos
de España y esperando poder participar en la San Silvestre es el siguiente;
2 ………….. MARATONES
3 …………. MEDIAS MARATONES
5 …………. CARRERAS DE 10 KILÓMETROS
1 …………. 3.000 ML EN PISTA CUBIERTA
Así pues este es el resumen anual, donde por supuesto
he recorrido menos kilómetros de los habituales en los entrenos, a pesar de
pasar muchas horas en la elíptica, puedo asegurar que es el peor año en estos 8
últimos, y espero que el año próximo en esta habitual entrada pueda contar que
el 2017 fue el año del resurgimiento, pues siempre tras la tempestad viene la
calma.