lunes, 21 de enero de 2019

CARRERA INTERNACIONAL NOCHE DE SAN ANTON (JAEN). MERECIÓ LA PENA

Hace años que me recomendaron correr y disfrutar de la Carrera Internacional Noche De San Antón en Jaén, pero la verdad es que siempre me lo impedía el trabajo pues esta carrera se hacía siempre el día 17 de enero, y normalmente este día era laborable, también era complicado hacerse de un dorsal, y lo sigue siendo, pero ahora esta carrera se celebra en sábado y el trabajo deja de ser excusa, por lo que este año sí, cogí dorsal, no solo para mí, sino también para Ángela, también reservé alojamiento para disfrutar de esa noche de las hogueras y la par de conocer la bonita ciudad de Jaén.
Ese fue el porqué nos desplazamos a disfrutar y conocer dicha carrera, una carrera que sin duda merece muy mucho la pena y que es muy recomendable, pues el gran ambiente que esa noche allí se vive es inigualable, será por la multitudinaria participación, casi 10.000 participantes, será porque no hay un solo metro donde no hay gente animando, o por su duro recorrido, o por las antorchas…, muchas cosas que hacen que esta carrera sea algo diferente, donde a pesar de correr en muchas de carreras, nunca he visto una animación igual.
Tras una mañana de turismo tras recoger el dorsal, a eso de las 7 de la tarde Ángela y yo nos dirigimos “calentando” hacia la salida, donde seguimos calentando hasta completar unos 3kms, nos pusimos en el cajón de salida correspondiente y a las 8 de la tarde se dio el pistoletazo de salida, mucha gente y comenzamos bajando a ritmo de rápido para lo establecido, pues el objetivo era disfrutar de la carrera y no sufrir, por lo que Ángela sería la que llevase la batuta y el ritmo, el segundo kilómetro en una dura y larga subida que dio paso al kilómetro 3 donde la gente no paraba de animar, mucha no, muchísima gente en las dos aceras, con muchas antorchas a los márgenes, el kilómetro 4 también en subida nos daría paso a el espectacular paso por la catedral iluminada.
A partir de aquí el terreno se tornaba más favorable y el ritmo en consecuencia fue “in crescendo”, hasta llegar al km 8 una larga recta donde apenas quedaba espacio para correr pues la gente abarrotaba y anima sin descanso, los bellos se ponían de punta y Ángela seguía con un gran ritmo.
La llegada impresionante, con fuegos de artificio, que tan poco gustan algunos, pero fue espectacular, una carrera en pareja, disfrutando de cada metro, de cada zancada y quedando impresionados por el gran ambiente, que aunque lo teníamos anunciado no pensábamos que fuese así.
Al final una marca de 57’11” con algunos metros de menos pero cierto, con más de 100 metros de desnivel, continuas subidas y bajadas, Ángela hizo su MMP, y en ningún momento forzó, por lo que los entrenamientos van dando sus frutos.
El domingo seguimos con el turismo, visitando en familia la capital jienense y sumando otra ciudad más visitada por culpa de este bonito deporte, siendo un viaje provechoso y que mereció muy mucho la pena.

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