Con esfuerzo, superación, coraje y muchos ánimos el sábado pasado,
poco antes de la media noche logré culminar otro reto más para mi humilde
palmarés personal, un reto con una pizca de locura, que añadido a las
condiciones extras, lo hacían un duro reto a conseguir, pero sin duda correr en
casa rodeado de los tuyos, amigos y familiares fue un doble plus a mi favor, el
cual ayudó muy mucho a que esas condiciones no me impidieran finalizar estos
50kms solidarios en pista, aunque sí es verdad, con un sabor agridulce, pues
aunque fue un buen final, en mi cabeza estaba otro distinto.
Como en una crónica anterior plasmé, este reto no era un
reto cualquiera, tampoco era un reto que yo me había planteado o planeado desde
una primera instancia, sino que en el
momento de proponérmelo no me podía negar, era mi compañero Manuel el propulsor
de la idea, y por supuesto no podía dejarlo solo, por lo que la decisión estaba
tomada, a pesar de estar lesionado en ese momento, tener por delante la recuperación total y tener
el inminente objetivo de disputar el maratón de París siete semanas antes, amén
que tampoco era la fecha ideal para mi incómoda alergia, pero por eso no era un
reto cualquiera, además de ser un reto que muchos atletas populares seguro que
les encantaría disputar y disfrutar una prueba de este calado en su localidad,
máxime siendo de carácter solidario por una buena causa.
PREVIA
Gran parte de la preparación fue llevada a cabo junto a
Manuel, al igual que muchos de los pormenores de la prueba, en la cual intenté
ayudar con mi granito de arena, creo que una idea tan acertada es merecedora de
cualquier ayuda, no obstante el pueblo de Membrilla supo volcarse una vez más
con una prueba solidaria, pues más de 250 personas inscribieron su nombre para
ayudar de alguna manera, dando donativos, al igual que asociaciones o empresas
del pueblo, por lo que seguro, el resultado final con todas las aportaciones
fue un auténtico éxito, también varios ilustres maratonianos vendrían a la
prueba, sin duda por culpa de Idoia y Eva Esnaola.
PONIENDONOS EN SITUACIÓN
A las 7 de la tarde del sábado la temperatura en Membrilla
rondaba los 34ºC, algo inusual en estas fechas, pero que sumaba un escalón más
a superar, pues junto con el aire, el
calor es el otro enemigo del corredor, y con esa temperatura no es muy
aconsejable correr y menos tanta distancia, a pesar de estar todo preparado,
mucho avituallamiento líquido y muchas esponjas, que los voluntarios no paraban
de darnos, donde aprovecho a dar mi agradecimiento al trabajo realizado.
LA SALIDA
Se dio la salida pocos minutos después de las 7 de la tarde,
y a ritmo planteado comenzamos a dar vueltas a la calle de césped artificial de
la pista, con una cuerda de 388 metros, por lo que 129 vueltas nos esperaban
por delante, haciendo relevos cada 10 vueltas con Manuel, a un ritmo aproximado
de 4’45” el kilómetro.
PRIMEROS
KILÓMETROS
Mucha agua, por fuera y por dentro, para mitigar en parte la
elevada temperatura mientras las vueltas iban cayendo, la gente empezó a
incorporarse a andar y acompañarnos a correr, cada cual a su ritmo pero siempre
animándonos y dándonos apoyo moral, sin duda se sobrellevaba mejor, aunque las
sensaciones no eran buenas desde un principio.
VUELTA TRAS VUELTA
LAS CONDICIONES MEJORAN
Conforme se iba acercando la noche la temperatura comenzó a
bajar e incluso el sol se escondió tras las nubes y empezó a moverse aire, cosa
que se agradecía a pesar de que el aire atrajera el polen. Los compañeros iban
cambiando, pero Manuel y yo seguíamos con nuestro ritmo milimétrico e incluso
algún parcial algo más rápido, pero prácticamente calcado cada relevo de 10
vueltas, y a pesar de la bajada de temperatura, las buenas sensaciones seguían sin
llegar.
EL PASO DE LA
MEDIA MARATÓN
La media maratón la cruzamos con un tiempo de 1:39:24, por
lo que el ritmo medio era de 4’43”, algo más rápido de lo inicialmente
previsto, pero el ritmo era constante desde el inicio, así pues seguíamos con
los relevos y sobre todo con la
animación del público, de los que andaban y los que corrían a nuestro lado, pues
quizás fue el momento que más gente coincidió en la pista, sin duda una alegría
ver así la pista.
EN EL ECUADOR DE
LA PRUEBA Y ALGO MÁS
Seguíamos con el ritmo clavado, y el paso por el ecuador de
la prueba fue de 1:57:45 por lo que seguíamos constantes, cambiando el sentido de las vueltas a las 2
horas como habíamos acordado en la reunión técnica, el siguiente paso fue el de
los 30 y aunque las sensaciones seguían “raras” el tiempo fue de 2:21:02,
clavando el ritmo y los parciales siguiendo con los relevos de 10 vueltas,
alguna pequeña crisis bien de Manuel, bien mía, pero nos aunábamos y las superábamos,
llegando al kilómetro 35 con un tiempo de 2:44:35”, siguiendo con no buenas
sensaciones, como hinchado, quizás el abundante líquido, pero con las piernas
con mucho que dar.
PRIMERA CRISIS
SERIA Y PASO POR EL MARATÓN
Con moral alta, por ver la pista llena de gente, por ir
aunados Manuel y yo, por tener siempre corredores acompañándonos, por estar la
familia animándome…, el marcador de vueltas iba disminuyendo su cantidad y la
consecución del reto estaba más cerca, cuando poco antes del kilómetro 40 el
cuerpo y la mente me mandaron parar de golpe, fue una sensación rara que nunca
en mis anteriores maratones había sufrido, pero el miedo a sufrir algo
perjudicial para mi salud hizo detenerme en seco y empezar a caminar intentando
recuperar, aunque la verdad me sentía raro, anduve unos 200 metros y la verdad
que los ánimos de toda “mi gente”, me
hicieron volver a correr.
Aunque no recuperado del todo, ya con un ritmo más
lento, ya sin la compañía de Manuel, y con la incertidumbre y el miedo de que
le estaría pasando al cuerpo logré completar los 42.195 metros que suponían haber
completado el maratón, el tiempo fue de 3:24:00, las dudas surgían, pues no
estaba recuperado del todo y al menos había logrado un objetivo.
CORAJE Y
SUFRIMIENTO Y…, MUCHOS ÁNIMOS
Era un reto que habíamos comenzado dos, pero ahora estaba yo
solo, bueno solo no…, tras unas vueltas decidí volver a andar y recuperarme
totalmente, Ángela estaba ahí y me acompañó, Jorge daba ánimos ¡Vamos papá!,
Virginia dejó de jugar un momento y se unía a los ánimos, mi hermana y cuñado recién
llegados de la boda con traje de gala me insuflaban aún más ánimos, hasta mi
padre estaba esta vez allí…, pero por si
todo esto no era poco, los compañeros populares del club no paraban de dar
ánimos, por lo que esa vuelta me reconfortó y recuperó más que un buen
suplemento, así que algo mejorado volví a la carga, esta vez con Capea acompañándome
a mí lado, en estos momentos duros, dando ánimos continuamente, el ritmo era lo
de menos faltaban 16 vueltas y ya no había que parar.
ÚLTIMOS KMS Y
VUELTAS FINALES
Vuelta tras vuelta los kilómetros iban cayendo, el ritmo era
“machacón” cercano a 5’30” el kilómetro, pero la sensación de mareo había
desaparecido, solamente tenía molestias estomacales, quizá demasiada agua,
quizá la doble medicación contra la alergia, quizá correr por la tarde, quizá
la alta temperatura, quizá…, el caso que con los ánimos y con un gran esfuerzo
logré llegar a las dos últimas vueltas, donde Jorge me dio la bandera de
nuestro equipo de futbol que estaba a punto de ganar la Copa del Rey, el
llevaba la bandera de España, reivindicando que se ambas cosas son compatibles,
y así recorrimos la penúltima vuelta hasta llegar a la última donde varios
componentes del club se unieron, incluso Carlos Utrilla que había finalizado el
maratón, agradeciendo por mi parte con aplausos al público sus ánimos.
UNA LLEGADA MUY
EMOTIVA
Muy, muy emocionado hacia mi entrada en meta, una vez más
impresionante e inenarrable los sentimientos que pasan por la cabeza, allí
estaba Ángela, esperándome como siempre, esta vez más cercana por lo que el
abrazo y beso fue inmediato, mis hijos Virginia y Jorge, Manuel, Capea, Mateo,
Mª Jose, Juanma que no paraba de narrar el acontecimiento por megafonía y resto
de compañeros de la familia de populares de nuestro club, algo que mereció la
pena a pesar del sufrimiento, si bien me hubiese gustado otro final mejor, este
fue increíble. GRACIAS CHICOS!!!
CONCLUSION
Una vez finalizada la prueba y asimilando lo acontecido, fui
directamente a la ducha, tuve que sacar de mi cuerpo algo que no había
funcionado bien desde la primera vuelta y una
vez que eso había salido, el cuerpo empezó a estar algo mejor, pero con
una sensación “rara” que nunca antes había experimentado, si es verdad que me
dejo finalizar este reto a pesar del sufrimiento de los 10 último kilómetros.
Después de la ducha, entrega de diplomas y medallas, cena en
compañía de varios de los participantes maratonianos, charlando de la dureza
por culpa de la alta temperatura, y poco
a poco recuperando el estado normal, sin duda una experiencia más a todas luces
de la que aprender, un reto conseguido, pues en menos de dos meses y saliendo
de la lesión más larga que he tenido, he sido capaz de completar un maratón y
50kms, cosa que parecía impensable tras 5 meses sin correr, y con una preparación
exprés.
AGRADECIMIENTOS
No quiero cerrar esta larga crónica sin agradecer la gran
labor llevada a cabo por Manuel para organizar este evento, sin duda el
responsable que ha dirigido y coordinado a toda una “Quinta del 67”, ha logrado
una gran recaudación para MANOS UNIDAS, ha conseguido que los populares del
C.A. Membrilla se volcasen en esta prueba, ha captado a numerosos voluntarios
que han hecho de esta prueba algo inigualable.
También y personalmente dar las gracias a todos los que han
hecho posible este evento, de una manera u otra, pues aunque haya echado en
falta algunas personas, creo que mucha gente se ha volcado en esta prueba, lo
que sin duda ha garantizado el éxito, voluntarios anónimos que sin su
colaboración esto no hubiese sido posible, rallando la perfección en sus
cometido, cada cual el suyo, por lo que me siento orgulloso de ser “membrillato”,
aunque debo recordar que también han participado mucha gente fuera de nuestra
localidad, destacando a Eva e Idoia Esnaola y al numeroso grupo que vino del
vecino pueblo de Moral de Calatrava, también a el doble campeón de España Juan Antonio "Chiki" Perez, que aunque no pudo estar presente, donó una equipación y algunas prendas más para su sorteo, que por cierto fue agraciado con una camiseta de entrenamiento.
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