lunes, 5 de junio de 2023

V CICLOTURISTA MENASALBAS-MONTES DE TOLEDO

Con mucha ilusión afrontábamos una experiencia nueva, esta vez  sobre las dos ruedas, una prueba cicloturista en ruta, sobre un trazado exigente de 108kms, con 3 puertos en liza, y un desnivel acumulado de 1.600 metros, a lo que tampoco estábamos habituados, pues aunque tenemos fondo y experiencia en las carreras a pie, esto es diferente, pues la llanura manchega, dio paso a los montes de Toledo, muy bonitos por cierto, pero era todo un reto que nos impusimos.

Junto a mis compañeros de grupeta, Juanjo y “el Gaso”, que nos preparamos y desplazamos  juntos a este reto, tomamos la salida en la prueba de fondo, poco después de dar la salida de la Gran fondo, y fuimos a ritmo neutralizado unos 15 kms, a partir de ahí, a buscar nuestro ritmo y a regular, porque lo duro vendría al final.
Ritmos de inicio algo elevados y en posiciones cabeceras, a lo que al final desistimos, marcando, nosotros tres, con algún añadido, un ritmo acorde a nuestra preparación, si bien algún punto por encima, las primeras rampas la pasamos sin mucha complicación, pero a medida que los kms iban pasando las subidas iban en aumento, pasando el primer puerto,  el Alto de La Milagro (3ª categoría), si bien más corto, con rampas de hasta el 13%, dándonos cuenta que las cuestas serían las protagonistas.
Bajada y pronto volvemos a subir, esta vez tocaba otro puerto de 3ª, el Risco de las Paradas, un puerto tendido y largo, que subimos a ritmo, donde en el alto tuvimos un avituallamiento donde paramos a reponer fuerzas.
De nuevo baja, con mucha precaución, y una vez abajo un terreno quebrado hasta la traca final, el puerto del Robledillo, (el Alpe d’huez toledano), por sus herraduras en curva, de 2ª categoría, un puerto duro, pero bonito donde disfruté sufriendo de las duras rampas, llegando con un gran crono en el tramo cronometrado, volviendo a parar en la cima a esperar a los compañeros y reponer de nuevo fuerzas.
Al final  bajada hasta Menasalbas, llegando a meta con un percance final, pues bese el asfalto justo cruzando la meta, la inexperiencia, se paga.
Posteriormente disfrutamos de unas cervezas y una muy buena caldereta, preparada por la organización, disfrutando de una gran compañía.
En definitiva, experiencia nueva, si bien estamos acostumbrados a las “llanadas” de la zona, con alguna subida, y estas nos pusieron a prueba, bien solventadas, disfrutando, si bien, me considero corredor a pie, a partir de hoy soy un poco más ciclista también.