lunes, 21 de diciembre de 2020

CARTA DE DESPEDIDA

 A veces, que no siempre, te das cuenta que en la vida debes valorar a quien te valora, a quien te comprenda, a que te traten como tu tratas, y a dejar de lado a quien no lo hace, aunque otras veces intentas aguantar, pues la circunstancias hacen que creas que todo puede ser un error tuyo, hasta que definitivamente te atreves a dar el paso, acertada o desacertadamente, pero lo das, y te das cuenta que lo que parecía algo difícil y arriesgado, sea sencillo y normal, pues la vida continua y no se debe perder el tiempo en temas banales e ir a lo que de verdad merece la pena.

Cuando retomé el mundo del atletismo, comencé de nuevo hacer una cosa que siempre me había apasionado, correr, y me di cuenta que quizás nunca lo debía haber dejado, pero la juventud te hace probar cosas nuevas, y adaptarte a ciertos gustos que quizás no sean los que más entusiasmen, pero tampoco creo que fuese un error, pues disfruté de otros deportes junto con mis amigos, aunque con el tiempo volví a mis orígenes y con el boom de las carreras populares me volví a enganchar.

Comencé de nuevo en mi antiguo club, el ambiente era ideal para engancharse, y con muy poco me integré al 100 por 100 y me di cuenta de lo que en realidad me gustaba, algo que desde la infancia hasta la pubertad estuve practicando, pero sin duda ahora también lo saboreaba.

Fue pasando el tiempo, y mi pasión por el atletismo fue aflorando cada vez más, a la vez que por ciertas circunstancias, el ambiente ya no iba siendo tan ideal, y aunque dentro de mí ser lo echaba de menos, no me daba cuenta que se estaba perdiendo una parte importante de este deporte, y que las divisiones o restas, siempre son peores que las multiplicaciones o sumas, sobre todo si lo que dividimos o restamos son buenos momentos en gran compañía con excelente ambiente.

No, no voy a culpar a nadie, quizás el único culpable sea yo, por no saber adaptarme o no saber llevar de otra manera ese buen ambiente y luchar por él, pero lo que es cierto y verdad que, aunque tarde, me he dado cuenta que vale tanto o más hacer lo que te gusta rodeado de gente que disfruta contigo, que hacerlo con gente que no, aunque el interés o pasión por lo que te guste sea el mismo.

Debo y quiero agradecer todos los momentos pasados y todo lo recibido de este club, como atleta y como persona, pero hay que darse cuenta a tiempo que los ciclos pasan, y a veces una despedida o un hasta luego, es la mejor forma de agradecer lo recibido.

Casi nada es irreversible o definitivo, pero mientras estemos a gusto haciendo lo que nos gusta y no volvamos a tropezar en la misma piedra, será difícil volver donde antes hubo y ahora no hay, y máxime cuando algunas personas se han encargado de recordarme, mas de una vez, donde está la puerta de salida, y otras mostrarán su satisfacción y alegría tras esta decisión.

Atrás quedan grandes recuerdos, con grandes amigos y compañeros, que sin duda lo seguirán siendo,  quizás algún día seamos más tolerantes y se limen esas diferencias, que entre unos y otros hemos creado, que sumar y multiplicar venza al dividir y restar, pero de momento emprendemos un viaje, quizás en la misma dirección, pero por diferente recorrido y en diferente vehículo.

Como siempre, habrá multitud de opiniones, pero intentaré no guardar rencor a nadie, y a esos que sinceramente me han apoyado y comprendido, simplemente gracias, me duele y me ha dolido esta decisión, por lo que simplemente diré adiós amigos, o quizás, hasta luego.

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