Con prudencia comedida, puedo decir, que tras más de 3
meses sin dar zancada alguna, voy viendo la luz al final del túnel, aunque aún
queda para correr con normalidad, y empezar con entrenamientos de los “normales”,
al fin he empezado a correr, eso sí, poco a poco, pues no es plan de echar todo
el trabajo de recuperación por la borda.
Han sido mas de tres meses duros, de sesiones de físio y gimnasio
con un preparador físico para recuperar e ir fortaleciendo y estirando la zona
afectada, y aún queda, pero si no hay recaídas, esta segunda fase seguro que es
más llevadera, pues volver a probar el asfalto es algo que echaba de menos y
que seguro me anima más, y con paciencia y pensando en positivo iré aumentando
los minutos rodando, como si de un principiante se tratase, hasta conseguir la
normalidad absoluta.
El objetivo ahora será intentar disfrutar, que no disputar,
la San Silvestre de Membrilla, llegar a tiempo, cita que no me pierdo desde hace 8 ediciones y
que quisiera que esta fuese la novena consecutiva, que sumadas a las que corrí
de pequeño y joven seguro suman un buen puñado de ediciones de esta prueba de
fin de año.
Una tendinitis ya crónica en la unión del musculo pectíneo, unida a una
disfunción en la cadera y también dolor en la inserción del aductor mayor, provocando
todo esto que se sobrecargase la rodilla, cuádriceps y fascia lata, es el
diagnostico final, por lo que está siendo un proceso de recuperación latoso y
duradero, aunque el traumatólogo es optimista con la técnica a emplear.
La verdad es que no las tengo todas conmigo y hasta que no
vea que empiezo a correr con normalidad y durante un largo periodo de tiempo,
distancias largas, sin problemas durante el entreno y posteriores días, no
estaré totalmente seguro que esta lesión haya desaparecido y vuelva a
plantearme un nuevo objetivo, un nuevo maratón, pues de momento algunos dolores continuan derivados de la lesión original, problemas en la rodilla, aunque esperemos con algo más de tiempo vayan a menos, y también tengo en mi mente la anterior recaida.
He estado tan perdido y tan recogido conmigo mismo que no me había enterado de lo tuyo hasta que el otro día lo referiste en tu comentario y ahora que entro y lo veo he de decirte que me siento mal por no haberme enterado antes. ¡Ánimo Kino!, no hago más que quejarme de lo mío y me doy cuenta que a los demás también le toca, y quizá peor.
ResponderEliminarA ver si estuvieras para Castellón. Yo, como te dije, me lo tomaré como una maratón de transición, no tengo pretensiones salvo el que no sea un calvario