En el mes de marzo del año 2012, concretamente el domingo
día 25, sobre las 11:30, cuando cruzaba la línea de meta del maratón de
Barcelona y tras sopesar los pros y los contras me prometí a mí mismo que esta
maratón sería difícil que la volviera a repetirla, pero la vida da muchas
vueltas y el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma
piedra, yo espero no tropezar, pero volveré a correr un maratón que no tenía en
mente correrla por distintos motivos.
Una ciudad tan bonita como Barcelona, y muchos de sus
ciudadanos, quizás la mayoría, no merece que los organizadores de la maratón más
multitudinaria de España, considere a los españoles que vivimos fuera de
Cataluña como corredores extranjeros, pues quizás mañana Cataluña no pertenezca
a España, pero en el 2012 y ahora si lo es, es parte de España, por mucho que
algunas mentes poco afortunadas no quieran reconocerlo. Esto sin duda fue uno
de los motivos, el principal, por lo que me hiciera la promesa de no volver a
correr dicha maratón, aunque no fue la única, pues en mi propio país hacer que
me sintiera extranjero me dolió mucho, y quizás también fue la causa principal
por la cual vi otros problemas y puntos negativos de dicha maratón.
Ahora tres años después he decidido correr esta maratón que
finalicé con mucho sufrimiento en 2 horas 57 minutos y 57 segundos, es por una
causa que merece la pena, he decidido hacerlo pues a mi amiga Manoli, también “pupila”,
a la que aconsejo y hago sus planes de
entrenamientos, como buenamente sé y puedo, le ha tocado en un sorteo del
Circuito de Carreras Populares de Ciudad Real este premio, aunque ella en un
principio no crea que sea tal premio.
Será una maratón para acompañar a una debutante, ya que su
marido, amigo del alma y primo mío, no podrá hacerlo pues está lesionado, y
Manoli se merece mi compañía, máxime cuando yo en mi debut fui acompañado por
mi amigo Manuel Jimenez y sé que el apoyo en tu primera maratón es importantísimo,
por lo menos para mí lo fue y espero que para Manoli lo sea también, por lo que
intentaremos marcarle un ritmo para que disfrute de mi distancia preferida y
quizás al igual que yo se enamore de ella, y eso que hasta ahora le tiene
miedo, pero seguro que vencerá esos miedos y logrará disfrutar de la distancia
de Filípides y completar un reto que cualquier corredor o corredora popular
debería disfrutar a lo largo de su vida atlética por lo menos una vez.
Así pues el objetivo en un principio será este maratón,
maratón que me tomaré como preparación para correr otro unas semanas más tarde,
ya a un ritmo superior, con el objetivo de volver a bajar de las 3 horas e
incluso y porque no?, si las lesiones me respetan y estado de forma es acorde,
intentar asaltar de nuevo la barrera de las 2 horas 50 minutos, pero eso es
harina de otro costal y de momento pensaremos en disfrutar de esta preparación
y llegar en condiciones para acompañar a Manoli en su reto, que a su vez es el
mío, y que esperemos a ella al igual que a mí nos respeten las lesiones para
poder disfrutarlo y conseguirlo.
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