El domingo pasado como ya dije en la entrada anterior,
mientras que yo hacía mi entrenamiento rey de la preparación a mi objetivo del
QUIXOTE MARATÓN, se celebraba en Berlín el maratón comercial y de calidad junto
con el de Londres, y según mi opinión, más importante del mundo, pues el rey
sería New York, aunque le falta ese punto de calidad, ese punto donde Berlín
ofrece ese circuito llano y con grandes rectas para batir marcas, además los
grandes atletas lo saben y suelen renunciar incluso a campeonatos del mundo
para asistir a este rapidísimo maratón.
Kipchoge, Bekéle y Kipsang eran los máximos protagonistas,
los elegidos para batir el record del mundo, sin duda prometía ser una batalla
bonita, un maratón inolvidable, un maratón para recordar, y sí fue un gran
maratón y un maratón bonito por la lucha final, si bien con distintos
contrincantes y distinto escenario, pues la lluvia y el estado de la calzada
sin duda impidieron un resultado mejor, o sea, batir una vez más en esta ciudad
alemana el record mundial, cosa que hizo que este maratón no fuera tan
inolvidable y digno de recordar, si bien fue un gran espectáculo deportivo.
Tras ver en diferido la prueba integra, me deleité una vez
más con la clase de los africanos, corren con una facilidad insultante, y el
grupo de elegidos era compacto hasta que en el kilómetro 22 se descolgó el
anterior vencedor, el inigualable Kenisa Bekéle, sin duda no tuvo su día y
posteriormente optó por la retirada, esperando y esperanzado a que a pesar de
su edad vuelva a intentar batir el record, aunque lo tendrá difícil, muy
difícil.
El keniatal, Wilson Kipsang, seguía acompañando y amenzando
de Eliud Kipchoge, pero también iba un invitado que nadie contaba con él, y que
a la postre fue el que nos hizo vibrar, era un etíope debutante del que pocos
conocían o conocíamos, solamente por su medalla de bronce en el campeonato del
mundo de media maraton, Guye Adola, que junto con la fenomenal liebre que fue
tirando hasta el kilómetro 30 llevaban tiempo de record, a pesar de las condiciones
climatológicas, pero fue en este kilómetro donde Wilson Kipsang paró en seco
junto con la liebre, desconcertándonos pues no parecía tener mal aspecto.
Dos quedaron en liza en la cabeza del maratón, Kipchoge y
Adola, Adola y Kipchoge, lo que parecía que todo iba a ser mas fácil para el
campeón olímpico, pues todos pensábamos que el debutante Adola pronto pagaría
su atrevimiento, pero decidió dejar mal esos pensamientos nuestros y para
deleite pasado el kilómetro 36 se puso en cabeza, sacando unos metros al
keniata y dando la impresión que aunque no se batiese el record mundial el
etíope le ganaría la partida al keniata.
Personalmente me quedé defraudado en ese instante, pues
Eliud Kipchoge para mí, hoy en día, es
el mejor maratoniano ( ENTRADA RELACIONADA ) y además un seguro, pues su regularidad en todos los
maratones que ha disputado confirman esa opinión mía, pero el maratón son
42.195 y hasta que no se cruza la línea final todo puede pasar, y sé de lo que
hablo, y el bueno de Adola no consiguió despegar totalmente a Eliud y este
firme en su convencimiento lo alcanzó, si bien algo justo, pero Adola acusaba
más ese cansancio,
