Abril ya está aquí, estamos a menos de 15 días de mi
siguiente objetivo, el maratón de Madrid,
y aunque no lo estoy preparando específicamente, nunca hay que ponerse
en una línea de salida de un maratón sin una mínima preparación, en este caso
la preparación ha sido muy diferente, pues el carácter con el que me voy a
tomar este maratón es más tranquilo y me he centrado en coger algo más de
“chispa” y hacer menos kilometraje.
Con las mismas, este fin de semana ha sido intenso, y si
normalmente esta semana era una semana cargada de kilómetros, entrenando a
pocos días del maratón con una tirada larga el fin de semana, esta vez ha sido
diferente, pues me lo he tomado en modo competición, y tanto el sábado como el
domingo hemos estado compitiendo y cogiendo ritmo, algo a lo que las piernas no
están acostumbradas, y sin duda lo han notado.
Seguro que no ha sido lo más ideal, pero es que este sábado
se celebraba junto con el campeonato provincial Sub18 un control de marcas en
la pista de Ciudad Real, en este caso un 1.500, y donde mi amigo compañero de
entrenamientos, Manuel le venía de perlas para su próximo objetivo, no obstante
en 8 días estará disputando el campeonato de España de milla en categoría
Master, por lo que me dije, ¿y por qué no?, así que me inscribí y decidí
probarme yo también, pues hacía mucho tiempo que no hacía pista y esta era una
buena ocasión, y aunque soy consciente de que no preparo estos ritmos, no es mi
distancia, y quizás no venga muy bien para mi preparación, me apetecía correr
ese 1500.
Para mí, esto es otra historia, y aquí en esta distancia se
corre muy, muy rápido, ritmos a los que no estoy familiarizado y además Manuel,
no pudo asistir por problemas de salud que espero pronto se le pasen, por lo
que la motivación ya no era la misma,
pues la idea era intentar aguantar su ritmo lo máximo posible.
Tras un breve calentamiento me puse en la línea de salida quedándome
solo a las primeras de cambio, sin encontrar ritmo cómodo y sin sentir que lo
estaba dando todo a pesar de ser una distancia explosiva, llegando a meta sin haberme vaciado y lejos de mi mejor
marca de hace ya unos años, al final 4’53”, corriendo a 3’15”, pero advirtiendo
al final que las pulsaciones no habían subido de 140 lo que sin duda creo fue
el motivo de mi bajo rendimiento en una distancia que además no es la mía.
El domingo tenía otra competición, esta vez más acorde con
mis ritmos, aunque tampoco sea mi distancia preferida, era un 10K, en Alcázar
de San Juan, en su ya tradicional carrera del Porvenir, que aunque este año no
pertenece al circuito se sigue celebrando con aunque con menos éxito de participación, con un duro y
diferente circuito renovado, pues había que subir a sus molinos de viento, en
una cuesta dura y empinada, aunque lo más duro, al menos para mí, era bajarla,
pues al ser tan repentina corres el riesgo de lesión y bajas en el miedo en el
cuerpo para que esa circunstancia no ocurra.
Desde el pistoletazo de salida me vi inmerso prácticamente en
el grupo delantero y el ritmo no era muy fuerte pero el recorrido era duro, por
caminos de tierra, pesados por las últimas lluvias y con constantes toboganes,
unido a la subida a los molinos, también la bajada y siguiendo con constantes
subes y bajas hasta prácticamente el km 8 que ya fue dentro de la localidad, y
se hicieron más cómodos aunque ya las piernas no iban tan frescas y se hicieron
también duros, hasta completar los 10.500 metros que al final tuvo de recorrido
la prueba.
Al final conseguí una sorprendente 8ª plaza de la general y
2º de mi categoría de veteranos, con un tiempo de 40’16”, a ritmo de 3’54”, con
sensaciones, hoy sí, de haberlo dado todo y haber disfrutado, aunque sufriendo
en algunos momentos, lo que cierra un buen fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario