Con algo más de una hora de antelación llegamos a recoger la bolsa del corredor, y posterior calentamiento con la habitual grupeta, unos 5kms que nos dejaron en la línea de salida con la intención de no forzar, de disfrutar y de llegar a meta sin sobresaltos, el plan salió prácticamente perfecto, si bien las sensaciones no fueron con en anteriores carreras, llegué satisfecho, pues parece que el intento de recaída se quedó en eso.
Dos vueltas a un circuito con una subida pronunciada, otra más suave y la posterior bajada tendida donde no pudimos darlo todo, pero sabíamos a lo que veníamos, con un tiempo de 44 minutos pelados a un ritmo de 4’24”.
Sumamos una carrera más del circuito, siendo la novena prueba, donde este año nos hemos prodigado menos, las lesiones y un verano “ciclista” han sido los culpables, además de no querer saturarnos tanto compitiendo y tomarnos las carreras en otro modo.
Tras la buena mañana corriendo por las calles solaneras nos fuimos de comida, con varios de nuestros compañeros, algo que ya va siendo habitual, disfrutando también de momentos que merecen la pena vivir, así pues, otra gran jornada de deporte y convivencia.





































