Cada vez va a más despedir el año corriendo una San
Silvestre, o carrera similar, pues el bendito “boom” de los runners o
corredores populares va en aumento, y finalizar el año disfrutando de una
carrera es ya tradición.
En Membrilla se celebra todos los años su prestigiosa San
Silvestre, que aparte de ese prestigio que se ha ganado a lo largo de muchas ediciones, pasa por ser una de las más antiguas
de la región, pues el pasado día 31 de diciembre se celebró su 40 edición.
El ayuntamiento de Membrilla organiza esta prueba gracias a
la colaboración del club atletismo Membrilla que se encarga de organizar esta
competición, año tras año, con ayuda de varios patrocinadores que hacen que
esta prueba sea lo que es.
Sin duda este año como en anteriores la organización ha sido
perfecta y la participación muy elevada y de muchísimo nivel, pero si hay que destacar algo de esta edición, fue
el increíble ambiente, pues el pueblo de Membrilla se volcó con esta carrera y
abarrotó el circuito lo que hacia que te llevase en volandas durante el
recorrido.
Por lo que respecta a mi actuación, decir que no me levanté
muy en condiciones, lo que hizo que desistiera ir a Ciudad Real por la mañana a
correr la carrera del Pavo, pues estaba inscrito y tras comer algo a medio día
parece que el cuerpo se estabilizó aunque no del todo.
Me presenté en la línea de salida, disfrazado de Papa Noel,
cosa por otro lado que no es la primera vez y espero no la última, con muy poca
motivación pero con ganas de disfrutar del ambiente y la carrera por lo que
comencé a un ritmo conservador en el grupo de los veteranos locales, marcando
un ritmo cómodo en todo momento, pues las sensaciones con el paso de las
vueltas iban mejorando y ya en el último giro decidí dar un cambio de ritmo que descolgó con más
facilidad de la esperada a Alfonso Navas y mi primo José Lozano.
La vuelta final de 1.070 metros fue a un ritmo cercano a 3’20”,
lo que me permitió adelantar a varios atletas incluso a Jesús Bellón que era el
único local que marchaba por delante y llegar a meta con otro cambio de ritmo
más, disfrutando de nuevo como un enano del increíble ambiente y los muchísimos
ánimos del público.
Al final completé los 5.350 metros en un tiempo de 18’50” a
un ritmo de 3’31”, lo que no esta mal, aunque comparado con el año pasado corrí
7’ más lento el kilometro, pero conforme estaba el cuerpo, la poca motivación y
algo molesto del disfraz, el balance fue bastante positivo, pues conseguí de
nuevo subir al podio como primer atleta local de veteranos aunque no estuve
entre los 3 mejores de la clasificación absoluta de veteranos A.
Un poco antes de la carrera de veteranos se celebró la de
los pequeños, donde Virginia tenia una
gran ilusión en ganar, incluso había prometido darle el ramo de flores de
campeona a su abuelo, que está convaleciente.
Virginia salió lanzada en la categoría de pitufos, pues los
300 metros había que completarlos lo más rápido posible y así lo hizo corriendo
muy rápido y aventajando a su amiga Irene y plantándose campeona en la línea de
meta, lo que le hizo estar feliz hasta que después de la uvas cayó frita.
Por su parte, Jorge participaría un poco más tarde en la
carrera de alevín masculino, con la intención de subir al podio, aunque no las tenía todas consigo, pues ya se está dando
cuenta que los demás también corren, y mucho.
Hizo una carrera inteligente, yendo en todo momento con el
grupo de cabeza, incluso tuvo una pequeña confusión que le hizo perder algunos
metros, aunque pronto rectificó sus rivales le tomaron una ventaja que ya no
pudo recuperar, y al final fue tercero, detrás de su amigo Adrián, terminando
muy satisfecho, pues el final fue muy rápido.
Después de coger los trofeos y el jamón, nos fuimos a
celebrar la despedida del año 2013 y la llegada del 2014, con una buena cena, y
con buena compañía que cerró un año
bastante satisfactorio en lo deportivo.
¡Enhorabuena Kino por la carrera!, ¡40 ediciones!, también es una buena marca, simpático disfraz, ¡que sigan los éxitos durante el 2014!.
ResponderEliminarSaludos, Emilio.