“Los primeros 30 kms. con las piernas, los 10 kms. siguientes con cabeza, los 2 siguientes kms con el corazón y
los 195 últimos metros con lágrimas en los ojos”
Así está escrito en la portada o cabecera de este blog, y
así fue una vez más como finalice mi maratón número 22, con la misma ilusión
que el primero y con la misma satisfacción que hace que lo que se siente al
cruzar la línea de meta de un maratón sea una sensación inenarrable de
felicidad, emoción, alegría, jubilo…, y muchas cosas que pasan por la cabeza
que hace que esté totalmente enamorado de esta distancia, mi distancia.

Hacia 8 años y pocos días que se cumplía mi debut en esta
mítica distancia, lo hacía en Sevilla, acompañado de un paisano y socio del club,
llegaba junto a él a meta tras recorrer juntos los 42 kilómetros y pico, un
abrazo final lleno de compañerismo, emoción y sinceridad, sellaría una gran
amistad que perdura y seguro perdurará en el tiempo, gracias a él cumplí mi
objetivo, años después esa amistad sigue intacta, muchas carreras y
entrenamientos juntos, también grandes momentos de la vida, por lo que este
maratón era el ideal para dedicárselo, este ha sido para ti, amigo Manuel.

Poco antes de las 7 de la mañana del sábado partíamos toda
la familia a Castellón, donde el domingo se disputaría el objetivo marcado en
el calendario, tras un viaje placido, recoger el dorsal y aposentarse en el
hotel y encontrarnos con un socio de honor del club, Javier Cienfuegos, posteriormente comer, como no pasta, y una visita a esta ciudad levantina dando un paseo
tranquilo y en familia, cenar y a acostarse pues había que descansar del día
ajetreado.
Como es habitual en estos casos el despertador no hace
falta, los nervios hacen que te despiertes y así fue, a las 5:30h ya estaba en
pie, había que desayunar para hacer la digestión lo antes posible, preparar
todos los detalles, que siempre son importantes y levantar al resto de la
familia camino a la salida, que estaba a pocos metros del hotel.
La temperatura acompañaba y el viento no era muy fuerte por
lo que las condiciones eran prácticamente ideales para correr un maratón, por
lo que no había excusa, solo faltaba que mis piernas, corazón y cabeza, además
del resto del cuerpo se sincronizasen y trabajasen perfectamente para lograr
los objetivos.

Este maratón no es un maratón muy multitudinario, unos 1650
inscritos más los 1500 del 10K, por lo que la salida no era muy agobiante, por
lo que pude estar con mi familia hasta los últimos minutos y estar calentando
hasta prácticamente se dio la salida, unido a que estaba en el primer cajón,
por marca, el comienzo fue tranquilo a ritmo del globo que marcaba el tiempo en
Sub-3h, que por otro lado era el objetivo, si bien el objetivo primordial era
disfrutar en la medida de lo posible, así pues los primeros kilómetros fueron
muy cómodos a ritmo del “practico” que marcaba el ritmo, aunque pronto decidí
echarme un poco para adelante, pues las sensaciones eran buenas y encontré buen
compañero de ritmo.
Tras el paso por el km 10 el ritmo era superior al planificado, 41’38”,
a ritmo de 4’10”, pero las sensaciones eran buenas, solamente un pequeño dolor
que en el empeine que me producía el chip me inquietaba, en el km 12 de nuevo
veo a los míos y eso siempre ayuda.
Ya camino del puerto en el km 16 decido parar y colocarme el
chip que me producía dolor, unos 25” de pérdida que me hacen coincidir con un
pequeño grupo, algo que a la postre marcaría el maratón, pues ahí encontré a mi
compañero del “viaje”, Alberto, un chico de Madrid, un triatleta con el cual
fui charlando prácticamente todo el maratón, muy cómodo y pasando los
kilómetros prácticamente inadvertidos.
Ya en el puerto paso por la media maratón 1h27’38”, el ritmo
era de 4’09”, pero las sensaciones eran muy buenas, y seguíamos sumando
kilómetros, a ritmo, a pesar de que el regreso a Castellón con la pequeña brisa
en contra y la poca subida nos hacían perder algunos segundos, pero la consigna
era ir cómodos.
Km 27 de nuevo la familia, ¡qué alegría me da verlos!, ahora
solo vamos Araujo y yo, pero seguimos cómodos, poco después se nos une algunos
kilómetros Amílcar, un corredor de Sonseca con el cual compartí muchos
kilómetros en Getafe y al inicio de esta maratón, aunque posteriormente se
descuelga.
Paso por el km 30, el tiempo es de 2h 05’12”, el ritmo seguía
a 4’10” y poco después de nuevo otra alegría, de nuevo mi gente animándome, la
verdad es que este maratón es una pasada las veces en las que te pueden
insuflar ánimos tu familia.
Ahora quedaba lo duro del maratón, aunque el buen ambiente y
el recorrido eran favorables, pero las piernas ya empezaban a pesar, Araujo me
dejaba que marcase el ritmo, y en algún momento de flaqueza de él aflojaba,
pues con el objetivo de bajar las 3 horas, si perdía algún puñado de segundos
me daba igual, en la meta ganaría un amigo.
Seguían pasando kilómetros y yo seguía disfrutando de este
maratón, si bien los cuádriceps ya iban muy cargados y la facilidad de zancada
ya no era la misma, pero el ritmo seguía muy similar y los ánimos de nuevo de
los míos lo hacían más llevadero, si bien, la animación en general era espectacular.

Estamos en la recta, quedaban los 195 metros, emoción y
satisfacción, el reloj marcaba 2 horas y 56 minutos se acercaba a los 57 por lo
que un último esfuerzo final para cruzar la línea de meta por debajo hizo que
no la saborease totalmente, pero al final el tiempo real fue de 2h56’58”, a 4’12”,
la posición 67 de la general y 13 de la
categoría, y lo mismo que con Manuel hace 8 años, Araujo y yo nos fundimos en
un abrazo, agradeciéndome que le marcase
el ritmo y esperase en los momentos duros, sin duda gané un amigo más, pero el agradecimiento era mutuo, y en
este caso los segundos perdidos era lo de menos, pocos segundos después Amílcar
llegaría también, otro gran atleta y persona, que será un amigo más que me da
este deporte .

Sin duda un maratón de nuevo especial y diferente, donde
disfrute de mi distancia preferida, donde gané amigos, cumplí mi objetivo,
disfruté en familia, una organización simplemente ESPECTACULAR, un maratón muy
recomendable, una ciudad acogedora y con mucho ambiente, por lo que el fin de
semana fue redondo, agradeciendo el apoyo de mi familia que tanto se vuelca
conmigo.
Ahora esperar una pronta recuperación y enfocar la temporada con los muchos
objetivos que tengo en mente, si por supuesto, las lesiones me respetan, pero
he logrado completar 3 maratones en menos de 4 meses por debajo de las 9 horas,
algo que me da alas para seguir entrenando sobretodo en momentos duros, que también
los hay.