Cada vez que escribo una crónica de este tipo, siento una ilusión especial, casi como si fuera la primera vez, seguimos con la “costumbre-manía” de hacerlo, cada vez que voy a ponerme un dorsal en un maratón, escribir esta pre-crónica, es como si fuera un ritual, es como si el primer objetivo se hubiese cumplido, que no es otro que, llegar sanos a la línea de salida, de la que, para mí, es la distancia reina del atletismo, el maratón, la maratón, haber cumplido con la primera fase, haber completado una preparación para ello y llegar en condiciones de cumplimentar el objetivo.
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(2010 - 2h57'40") - (2012 - 2h55'10") - (2015 - 2h54'19") - (2017 - 2h56'29") - (2018 - 2h56'24") - (2019 - 2h59'18") - (2021 - 3h10'44") - (2022 - 2h56'22") - (2023 - 2h59'41") |
Ciudad Real, es la plaza elegida, una vez más, tras el maratón de Castellón completado en febrero, y a en abril, el maratón nocturno, del Festival de Ultrafondo en pista de Ciudad Real, ahora el 20 de octubre, volveremos a ponernos un dorsal en el Quijote Maratón, por 10ª vez en el Quijote Maratón, un maratón al que le tengo especial cariño, es el de nuestra tierra, es el de nuestra gente, es el nuestro y con eso es suficiente, pues las marcas personales, las multitudes, en este caso, pasan a un segundo plano, pues este maratón, no es para ello, pero si es para correrlo, para disfrutarlo corriendo en tu tierra, y más si lo haces bien acompañado, algo que recomiendo a cualquier corredor de la zona, al menos una vez en su vida deportiva.
Tras un año “raro”, con dos maratones al inicio y tomarme el circuito de carreras muy relajado, no he dejado de competir, eso sí, pero sin exigirme, sin apenas poner el corazón y las piernas a prueba, disfrutando de cada zancada, con parón veraniego dedicado al ciclismo, ya que este año no tenía pensado disfrutar de más maratones, si bien, siempre se tiene el gusanillo y tras animarme algunos compañeros, (me hace falta muy poco), aunque con poco tiempo, decidí inscribirme una vez más, con una preparación exprés nuevamente, de 8 semanas, poco le puedo exigir a mis piernas, por lo que intentaré tener cabeza, olvidarme del reloj, y volver a cruzar la meta en el parque Gasset con la alegría de haber completado un reto más, un objetivo, y esperando como siempre, volver a contarlo, con la satisfacción que la mayoría de las veces me ha dado mi distancia favorita, el maratón, la maratón.
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