TOMÀS NAVARRO
Psicólogo. Se dedica a la psicología, la consultoriía, la formación y la
divulgación mediante conferencias, libros y colaboraciones en medios.
Hoy en día no eres nadie si no tienes una camiseta de finisher. ¿Acaso no
tienes ninguna? ¡Por Dios! ¡Pero cómo es posible!
Tienes que plantearte un reto deportivo inmediatamente. Lo que más se lleva
es correr una ultra maratón de montaña, un triatlón de larga distancia, una
carrera en bici de montaña por etapas o una marcha cicloturista con más de
3.000 metros de desnivel acumulado.
Si no puedes o no quieres estar en el top ten de los más considerados
siempre puedes hacer una triste maratón, medio maratón o carrera a pie. También
puedes elegir cualquiera de las distancias y modalidades de triatlones,
duatlones, acuatlones, etcéterones.
Y si no te gusta ninguna de estas disciplinas, ahora lo más cool consiste
en realizar marnatones, o lo que es lo mismo, largas travesías a nado por el
mar. Y no olvides el esquí de montaña en invierno, de hecho ya puedes empezar a
preparar las pieles de foca o en su defecto subir un gran puerto de montaña con
unos patines especiales que emulan las sensaciones del esquí de montaña.
¡Da igual, supera un reto, sea el que sea! Supera un reto que te presente
ante tus amigos como un titán, que te dé una seña de identidad, que genere
admiración, que mejore tu autoestima, que te distraiga de la realidad, que
fuerce tu organismo y que te permita hacerte un tatuaje bien visible que te
distinga del resto de mortales.
¿Pero cuál es la motivación para superar un reto? Hay múltiples respuestas:
ganarte el respeto de tus amigos, fortalecer tu autoestima, infringirte una
especie de autocastigo, tener una carta de presentación, conquistar la
admiración de los que no saben exactamente lo que has hecho, huir hacia
adelante, distraerte de una realidad que no te gusta, etc.
Pero lo que es más importante, ¿Cuál es el coste de superar un reto? Lo que
te voy a contar es real como la vida misma. El coste es dejar sola a tu pareja
con un bebé recién nacido todo el fin de semana, cada fin de semana; el coste
es tomar entre 4 y 12 pastillas diarias para poder realizar y recuperarte de
unos entrenamientos para los que no estás preparado; el coste son las numerosas
muertes por sobreesfuerzo que se han producido en los últimos años; el coste es
un aceleramiento del desgaste de articulaciones, tendones, órganos vitales y
musculatura que repercutirá en el sistema sanitario en unos años…
Practica deporte. Sin ningún tipo de duda. Yo lo hago. Prácticamente a
diario. De hecho me mudé a vivir al Pirineo para poder estar cerca de las
montañas que tanto amo. Me podréis ver corriendo, pedaleando, caminando o
esquiando por el Pirineo. Algunos días también voy a nadar a la piscina, me encanta
nadar. He jugado a waterpolo, corrido maratones y ultramaratones, escalado,
jugado a tenis y todo lo que se me ha puesto por delante, sea organizar una
expedición al Aconcagua o practicar lanzamiento de martillo… incluso hace más
de 20 años disputé algunos triatlones, no te creas que no hago deporte, en
absoluto.
Me encanta pasar una o dos horas practicando actividad física cada día
–pero no siempre es posible–, incluso llevo a mis clientes a la montaña a
realizar sesiones de 'coaching' mientras caminamos, esquiamos o pedaleamos;
pero señores, no pongan en riesgo su salud, no practiquen deporte de manera
obsesiva, no sobrevaloren sus propias capacidades, no incurran en
sobreesfuerzos, no se dejen impresionar por los logros de otras personas que a
menudo son falsos, no sacrifiquen su pareja, hijos y trabajo por una camiseta
de finisher que te da un estatus aparente… tan solo aparente.
Disfruta mientras haces deporte, si no eres capaz de sonreír cada minuto
que estás haciendo deporte, revisa lo que estás haciendo. Si no eres capaz de
disfrutar del paisaje, mejor analiza cómo practicas deporte. Un reto supone un
esfuerzo, pero no un sufrimiento, no te equivoques.
No dejes de hacer deporte. Insisto, haz deporte; si puedes cada día, pero
hazlo de manera equilibrada. No hipoteques tu vida por una camiseta. Toma tus
propias decisiones. No te plantees retos por presión social. No quieras
demostrar a nadie lo que eres incurriendo en un riesgo para tu salud. Disfruta
mientras haces deporte.
Razón tienes @tomasnavarropsi, hay veces que no sabemos parar y hay otras que perdemos de vista el objetivo fundamental de porque hacemos deporte, por desgracia es consustancial a la condición humana "despistarse" con cierta facilidad, confundiendo objetivos, fines y medios para conseguirlos. Hemos de estar alertas, ya que la inmensa mayoría pecamos de soberbia y de que "eso no me va a pasar a mi". Buena entrada, que hay que leer de vez en cuando.
ResponderEliminarSaludos, Emilio Díaz.