Cuando llega un domingo cualquiera y con ilusión madrugamos
para disfrutar y disputar alguna carrera de las muchas que se celebran en
nuestro territorio nacional, seguro que nos encontramos con muchos amigos y
conocidos, o algún vecino que puede ser nuestro "rival", y prácticamente a nadie se nos escapa que tras
el saludo, la primera pregunta es interesándote por el estado de forma de dicha
persona, la respuesta..., normalmente
siempre tendrá un pero, una excusa, un "achaque", es algo innato de
los corredores, es lo primero que aprendemos.
“Tengo una molestia en el cuádriceps, veremos si aguanto”, “Pufff,
toda la semana con gripe y aún sigo…”, “Ayer hasta las tantas de cañoteo con
los amigos…”, “Yo vengo a rodar…”, “Ayer competí la carrera de Alcafran a tope, hoy despacito…”,
“Mi objetivo es otro, estoy preparando un triatlón…”, “Voy a acompañar a mi
vecino, que se está iniciando…”,"La alergia y el asma me mata...", “Solo he salido dos días en las últimas 4
semanas…”, "Con calor voy fatal...", “No puedo entrenar, la familia, el trabajo, estoy muy liado…”, etc.,
etc., etc., estas son solo algunas de las excusas que se suelen oír, algunas serán
ciertas, otras…
Personalmente creo que es algo que hacemos para quitarnos
esa presión, que solo nosotros nos imponemos, y solo nosotros nos engañamos, es
algo que forma parte del ritual antes de la salida de una carrera, juntarnos
con compañeros y amigos y amén de charlar algún otro tema, siempre nos
desahogamos con la excusa de turno.
Tras el pistoletazo de salida, ese amigo corredor que hasta
hace unos minutos estaba casi para ir con muletas, sale como si gacela
perseguida por un leopardo se tratase, llegando a meta mejorando su marca
personal, o estando muy cerca de ella, tú que también has puesto tu excusa de
turno, también haces un carreron y ahora tras la ducha vienen las
explicaciones.
Tras la carrera, y según nos haya ido, vendrán las
explicaciones, que al igual que pasa con las excusas iniciales, suele haber de
todo;
“Al final no noté ninguna molestia en el isquio, me encontré
como un tiro”, “Me equivoqué en el ritmo, tío, salí muy rápido”, “La cuesta del
8 me mató”, “Fui regulando y al final me encontré muy bien y lo di todo”, “La acumulación de
kilómetros me han pasado factura”, “¿No entiendo porque he corrido tan bien?,
si no entreno”, “Que bien me ha salido, y ni siquiera me la había preparado”, “Desde
el kilómetro 1 no podía respirar”…, etc., etc., et., y estas son otras de las
muchas que oímos y decimos tras la carrera.
En fin, todo esto también forma parte de los “raners” que
cada fin de semana nos ponemos el dorsal para disfrutar de este deporte que
tanto nos gusta y que cada vez está más de moda, y como buenos españoles,
aprendemos primero los malos vicios, y las excusas, la picardía o engaño, una excusa, picardía o
engaño que hace bueno el refrán de “Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”.
Bueno amigos, a seguir dando excusas, pues eso forma parte
de este deporte, al menos en nuestro país, aunque nos cueste reconocerlo, eso
significará que si son excusas o mentiras a medias, estamos en disposición de
batir nuestra marca.
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