miércoles, 19 de junio de 2019

100 KMS DE SANTANDER, LA OTRA CRÓNICA, LA MIA PERSONAL


“Hay momentos en la vida que son únicos, compartirlos con personas sorprendentes los convierten en momentos inolvidables” y  “Lo único imposible es aquello que no intentas”.

Dos frases hechas que pueden valer para resumir lo vivido el fin de semana pasado, sin duda será un hecho difícil de olvidar, pero no solamente ese fin de semana sino todo lo vivido anteriormente para lograr un reto que hasta que no se vio cumplido en su totalidad veía muy lejos de conseguir.

El viernes de madrugada 8 personas salíamos desde Membrilla rumbo a la ilusión de conseguir aquello que habíamos trabajado, 4 cabezas visibles y 4 menos visibles pero tan importantes para lograr el objetivo que eran imprescindibles, pero no solamente durante el fin de semana, sino durante varios meses que con su apoyo hicieron posible este sueño.
Tras un viaje largo, pero a la vez tranquilo, ameno y entretenido nos encontramos en la capital cántabra, Santander, una bonita ciudad, aunque poco pudimos ver, pues todo iba enfocado, esta vez, a la competición.
Llegamos al impresionante polideportivo situado al lado del campo de futbol del Sardinero, polideportivo que presidia el parque atlántico de la Vaguada de las Llamas, donde estaban instalando los arcos de salida y meta y marcando el circuito.
Recogimos el dorsal con el primer contratiempo, Pedro no aparecía en listado de inscritos de la RFEA del campeonato absoluto, pero nos dijeron que no había ningún problema.
Foto con el organizador, Soto Rojas, que nos explicó a groso modo como se desarrollaría la competición, los avituallamientos y demás, también donde podíamos instalar la carpa que llevábamos y que así hicimos, para que al siguiente día no tuviésemos que hacerlo apresuradamente.
Comida en el restaurante contiguo del parque y para el hotel a descansar, preparar el avituallamiento y luego un pequeño paseo y tras la cena temprana irse a dormir, el día sería muy largo.
A las 4:45h suena el despertador, había que desayunar y prepararse, estábamos en el hotel oficial de la prueba donde coincidimos con varios atletas que también disputaban la prueba, entre ellos el gran Asier Cuevas que disputaría los 50kms, consiguiendo ser primero y la mínima para el mundial.

Una vez ya en el circuito, preparamos nuestro avituallamiento en el lugar correspondiente, algunas fotos para el recuerdo y tras pasar cámara de llamadas ya estábamos preparados para la salida, con los nervios a flor de piel, el reto ya estaba aquí.
Poco después de las 7 de la mañana salida muy tranquila sabiendo lo que teníamos por delante, cada uno a su ritmo, Pedro algo más rápido, luego Javi muy consciente de sus posibilidades y a otro ritmo Manuel y yo, cercano a 5’05”, de echo el primer parcial fue de 25’24”, ritmo cómodo y previsto, si bien las sensaciones no eran las mejores y los dolores iban aflorando.

Mientras Ángela compitió con un equipo de relevos 10x10, prueba que se celebraba paralelamente, haciendo la primera posta, marcando un crono por debajo de los 58’, para posteriormente cambiarse y dedicarse a avituallarme en cada paso por meta.
Las primeras vueltas fueron similares, Pedro acumulando kilómetros a un buen ritmo, Javier le seguía de cerca y Manuel y yo con el ritmo marcado, con algunas molestias que éramos conscientes que irían a más a lo largo del recorrido.
 Los avituallamientos eran perfectos, nuestras grandiosas chicas lo llevaban a rajatabla, no faltaba de nada, atentas a todo lo que solicitábamos, y el estómago asimilando el líquido y comida en forma de fruta, geles, barritas u otros alimentos ligeros.
En el kilómetro 33 me separo de Manuel, él no iba lo cómodo que le hubiese gustado y quería ser más conservador aún, pues la experiencia le decía que esto iba a ser muy largo.
Ya en el km 37 Pedro me pasa como una bala, yo empezaba a notar grandes dolores en el cuádriceps y en mi maltrecha rodilla, él iba con su molestias en los tibiales pero quería aguantar a ese ritmo el máximo tiempo posible.
Javier venia algo más atrás y poco antes del km 45 también me pasa, iba cómodo, aún quedaba lo peor.
Manuel venia por detrás, no venía cómodo según me informaban en el avituallamiento, pero conociéndolo sabía que tenía que ser muy fuerte el dolor para que no finalizase, aunque aún quedaba un mundo, no habíamos mediado, pero ahora él era el más importante.
Yo en el avituallamiento del km 45 tuve que detenerme, tomarme un ibuprofeno y rociarme los cuádriceps y rodilla con crema antinflamatoria, los dolores me decían que si terminaba iba a ser sufriendo y así se lo comenté a Ángela.
Curiosamente el ritmo no decaía y el antinflamatorio hizo efecto, los dolores remitieron en parte y pude continuar, e incluso los mejores parciales fueron del km 55 al 65, ahí fue donde me convencí de que tenía que terminar.
Manuel también iba sufriendo, los dolores le hacían no ir cómodo en ningún momento, pero sabia lo que había entrenado hasta llegar aquí y seguía avanzando, y su ritmo no era malo, por lo que las espadas estaban en todo lo alto.
Por su parte Javi ya iba recortando distancia a Pedro con parciales realmente buenos, sin duda denotaba que hoy iba a ser un gran día para él.
Pedro no llevaba buena cara cuando me crucé con él en un punto del circuito, iba dolorido, ahora eran también los cuádriceps y abductores su preocupación, tanta que en el km 73 tuvo que parar andar.
Curiosamente y coincidiendo en un mismo lugar del circuito Pedro con 73 kms, yo que le daba alcance con 68 kms y Manolo al que también alcanzaba con 63 kms coincidimos dándonos esos ánimos para finalizar como fuese, para eso habíamos entrenado, para eso habíamos venido, muchas horas, muchos sacrificios, sabíamos que esto podía suceder y que había que tener mucha cabeza y vencer las adversidades, por nosotros y por los que confiaban en nosotros.

Sin duda fue un momento clave, y a partir de ahí supimos que íbamos a terminar los 3, porque Javi no mostraba flaqueza y era la mejor baza, el éxito había que lucharlo pero estaba más cerca.
Llegando al km 80 Javi sufre un pequeño desfallecimiento que mitiga con el siguiente paso por el avituallamiento, sin duda también paso su momento crítico pero supo vencerlo con tesón, pues estaba en puestos cabeceros de la prueba, un grande entre los grandes.


Pedro tras andar muchos kilómetros volvía a correr, se había recuperado, se embadurnó de Reflex y se alimentó, esto hizo que a partir del km 85 no parase hasta el final.
Manolo por su parte alternaba carrera con andar, no era su día que tanto había preparado pero su tenacidad y poder de sufrimiento, acompañado en varios kms por Manoli hacían que la meta estuviese más cerca.
Yo por mi parte y al igual que Manolo alternaba carrera con metros andando si bien los parciales no aumentaban mucho, pero el dolor y la fatiga estaban muy presentes, pero más fuerte era la ilusión por finalizar este duro reto.
Pasadas las 3 y cuarto, con 8 horas 9’ 10” llegaba Javi, bandera en mano, orgulloso de su debut en esta distancia, grandísima marca y gran 3º puesto en veteranos M40, Begoña le estaba esperando con un abrazo final, emoción y sentimientos a flor de piel, era el primero de la expedición, lo había luchado, lo había pelado y lo consiguió, el esfuerzo trajo su recompensa a este Bolañero, a esta gran persona.
Pedro Román no se haría esperar y con 8 horas 28’ y 15” llegaba a meta también con la bandera de su pueblo, Jacin, le esperaba también con gran abrazo final, sin duda había arriesgado y había sufrido, pero lo había conseguido, nadie dijo que iba a ser fácil, era tercero de España en M35, con dolores, con lesión incluida, otro logro más para este MARAVILLOSO atleta que brilla por su sencillez.
Yo, un minuto antes de las 4 de la tarde cruzaba la tan deseada línea final, emoción, mucha emoción, satisfacción y por supuesto orgullo, esto iba por Ángela, ella me da fuerzas y me apoya en los momentos más críticos, inexplicable el sentimiento final, había logrado bajar de las 9 horas, 8 horas 50’ y 10”, media de 5’18” el kilómetro, contento no, contentísimo.
Quedaba el mejor por llegar, el que tenía la mayor parte de culpa de esta experiencia pero todos estábamos seguros que llegaría, unos metros con él y una mirada y nos dijimos todo sin palabras.
Manolo llegó a meta, 9 horas 51’ 45”, no fue su día, pero aunque no lo crea consiguió que todos nos viéramos reflejados en él, un ejemplo, si señor. Manoli le esperaba, como no, recibiéndolo con un merecido abrazo, había conseguido de nuevo completar 100 kms y aunque lejos de su marca dio una lección de lucha y coraje, esfuerzo y tesón desde el día 1 de enero que comenzaron los entrenamientos hasta las 5 de la tarde del día 15 de junio que cruzó la meta.
No se pueden sacar mejores conclusiones, finalizamos los 4 que iniciamos la aventura, Javier consiguió ser 3º de España en M40 y Pedro Román igual posición en M35, Manuel 7º en M50 igual que yo que logre esa 7ª posición en M45, pero el premio mayor fue el conseguido por equipos, pues fuimos los 3º de España en categoría absoluta, si bien fue una pena no haber podido subir al podio a recoger nuestro trofeo y medallas, por una confusión de la RFEA, pero sin duda lo tendremos y los celebraremos como se merece.
 
Éxito a nivel deportivo, pero mayor éxito a nivel personal, satisfacción por los cuatro costados en el grupo, una experiencia que sin duda marcará nuestras vidas y será difícil de olvidar, fue duro sí, pero lo conseguimos, trabajo y esfuerzo salieron a relucir, y aunque no siempre sale cara esta vez si fue así y con el paso de los días soy más consciente de la suerte que he tenido de coincidir con estas personas y haber logrado con éxito mi mayor reto personal deportivamente hablando.
 



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