Cuando el esfuerzo es recompensado la satisfacción es muy grande, aunque a veces pasa lo contrario, si bien, cualquier detalle o detalles, pueden echar al traste la preparación de meses y quedarse algo decepcionado por incumplir el objetivo que nos habíamos propuesto y que por el cual se había entrenado, esta vez, el idilio con el maratón, mi distancia favorita, no fue un camino de rosas.
Tras un viaje tranquilo y llegar el viernes noche a Castellón, una vez más con Ángela como compañera, aunque tambien esta vez nuestro amigo Javi Sobrino, Begoña y Nerea también fueron de la partida, en un viaje que prometía buenos momentos como así fue.
Ya el sábado, un buen desayuno y nos fuimos a recoger el dorsal, feria del corredor y ambiente, esta vez en la sala “Gran Casino El Grau”, en el puerto, posterior visita a Castellón, y comida, por la tarde saludar a varios amigos, de nuevo en el Grao, paseo por la playa y cena temprana y a dormir, la jornada se presentaba laaaaarga.
Antes de las 6, los nervios, a pesar de la multitud de competiciones ya disputadas, hicieron que nos desvelásemos, aprovechando para desayunar e ir preparando, rutina y costumbres.
No llevábamos ni 10kms cuando empecé a notar que hoy no iba a ser el día, las sensaciones no eran buenas, pero comenzamos arriesgando y ya no había vuelta atrás, y aunque el ritmo se estabilizó en torno a 4’07”, el paso por el 10K (41’23”), anunciaba una buena marca, pero ya notaba que los cuádriceps se iban cargando.
El viento también iba cada vez a más, y el trayecto al el Grao fue a rebufo de una grupeta, que, si bien nos resguardaba algo del aire, el ritmo era muy fuerte, otro fallo de principiante que no debería haber cometido, llegando a la media maratón en 1h26’54”, un ritmo muy fuerte y más con el viento que agotaba las fuerzas.
El tramo del pinar al lado de la playa y la vuelta a Castellón fue lo que colmó el vaso, seguíamos a ritmo y el viento lo llevábamos de frente, gran parte de las pocas fuerzas se quedaron del km 23 al 30, donde ya no daba para más, e insistí a Miguel Ángel que se marchara, yo había sucumbido, e intentaría terminar de la mejor forma posible, sabía que me quedaban 12kms de sufrimiento.
La cabeza juega un papel importante en estas circunstancias, es psicológico, y a duras penas iba completando kilómetros, ya a ritmo en torno a 5’, lo que hizo que me adelantasen varios corredores en el tramo final, algo que también me desmotivaba, pero si no he abandonado en las más de 300 carreras que llevo competidas, no iba a ser tampoco en Castellón, la maratón esta vez me había ganado algunas batallas, y me di de bruces con el muro, pero al final logramos cruzar la meta, le ganamos la guerra una vez más al maratón, logrando una marca de 3h04’53”, en un maratón de los que se valoran, siendo 10º clasificado en mi 15º campeonato de España máster, completando mi 36 maratón y sobretodo, aprendiendo, pues en este deporte, como en la vida misma, nunca se acaba de aprender.
Por lo que respecta a mis “compis” de viaje, felicitar a Javi Sobrino que logro MMP, siendo subcampeón de España en M45, Miguel Ángel Salas, que tiró de mí varios kilómetros, logró una vez más completar un maratón por debajo de las 3 horas, Vicky fue 4ª de España F50 y Ángela en la 10K logró terminar en 60’, bien acompañada por Nerea, por lo que la competición en general fue fructífera, en un fin de semana para recordar, con grandes personas que hicieron que este viaje mereciera muy mucho la pena.
Ahora a tomarse un respiro, valorar un nuevo objetivo y ponerse a ello, con fuerzas renovadas, es lo que nos gusta y con lo que disfrutamos, aunque de vez en cuando salga cruz, siempre hay que sacar lo positivo y disfrutar del momento. SALUD Y KMS
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